













Centenares de inmigrantes miran al cielo desde una barcaza que a duras penas se mantiene a flote. Massimo Sestini los encontró a 25 kilómetros de Libia en una operación de rescate de la marina italiana y capturó la imagen desde un helicóptero.
Una chica mira al frente cubierta de agua, con la mirada perdida y sin llegar a enfocar los ojos hacia la cámara; las autoridades sujetan a la joven herida en una plaza de Estambul (Turquía) durante unas protestas. Un hombre corre con su mujer en brazos a través de la playa mientras en primer plano aparece un niño muerto tirado en el suelo, uno de los cuatro menores que murieron en Gaza por un misil israelí. ¿Qué tienen todas estas imágenes en común? Pertenecen al World Press Photo, uno de los premios más importantes del fotoperiodismo. Una de las razones de su popularidad son las expresiones que transmite, es el dolor y la denuncia que traspasa las fotografías lo que lo hace este concurso diferente.
No todo es dolor, hay imágenes de esperanza
Poco a poco, a medida que se camina entre las paredes blancas de la galería, uno se va introduciendo en las historias. Se conoce a Igor y Renat, dos niños que se susurran el secreto de compartir una tableta de chocolate que les ha dado su abuela en Moldavia, el país más pobre de Europa. El visitante viaja a lugares donde nadie pensaría que podría acabar, como en Sierra Leona, donde dos hombres enfundados en sus trajes llevan a un enfermo en un estado de locura provocado por el ébola. Pete Muller, el americano que tomó la imagen, cuenta que horas después el protagonista murió.
Al final del pasillo iluminado, los espectadores se trasladan al sur de España, donde se ve a un inmigrante escondido bajo un coche, temiendo que la Guardia Civil de Melilla detecte su presencia y le devuelva a casa. Se descubre incluso cómo entrenan a los monos en China, cómo el animal acobardado se esconde del dueño que sujeta un palo en su dirección. Pero no todo es dolor, hay imágenes de esperanza. Odell Beckham coge el balón en el momento exacto con el que conseguirá un touchdown. Mientras, Malin Fezehai logró fotografiar la imagen de la boda de una pareja de Eritrea que llegaron como refugiados a Israel. En la fotografía, un desfile de personas descienden las escaleras vestidos de blanco.
World Press Photo 2015
Este año, el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) ha sido el encargado de mostrar en Madrid las fotografías premiadas. Atravesando los jardines interiores y bordeando el restaurante Bosco de Lobos, encontramos la entrada a esta exposición. World Press Photo surgió en Amsterdam en 1955 y cada año reúne las imágenes publicadas más impactantes y con más repercusión internacional. La capital recogerá estas imágenes hasta el 12 de octubre.
El premio del concurso ha sido para Mads Nissen por la imagen de una pareja de homosexuales en San Petersburgo. Este certamen se ha caracterizado siempre por su dureza en las imágenes y por la crítica que quieren hacer llegar los fotógrafos a los espectadores. Las fotografías son duras sí, pero de nada sirve si no hay alguien al otro lado para aprender de ellas.
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